Que pretendemos hacer

Pasamos por las cosas sin habitarlas, hablamos con los demás sin escucharlos, acumulamos información que no llegaremos a profundizar. Todo transcurre a un galope ruidoso, vehemente y efímero. Realmente la velocidad a la que vivimos, nos impide vivir”

(José Tolentino Mendonça, Pequeña teología de la lentitud, pg. 8)

 

RESUMEN DEL PROYECTO

la Agencia del Deseo es una investigación colectiva cuyo objeto de estudio se centra en la transición ecosocial y se articula a través de una comunidad epistémica experimental. Se propone como objetivo desentrañar y articular esos deseos que accionan las palancas que nos permitan caminar hacia mundos más vivibles.  Con esta investigación comunitaria se busca responder preguntas como ¿Qué experiencias ecosociales son relevantes y pueden ser replicadas? ¿Qué otros modos de subjetivación política se están creando para no poner el futuro en juego? o ¿los deseos colectivos generan agencia crítica? Se pretende generar de forma colectiva narrativas y acciones que vayan más allá del desastre. El modo de hacer se determinará a través del hacer y mediante el cruce con colectivos, asociaciones, artistas e investigadores con quienes se irán produciendo investigaciones experimentales a lo largo de los próximos años.

Esta línea de trabajo se sitúa dentro de los códigos del arte contemporáneo, parte de sus genealogías y comparte modos de hacer en torno a las líneas de trabajo de prácticas artísticas constituyentes, que sitúa las relaciones en el centro de sus operaciones. Por ello el proyecto ha de disponer de la suficiente autonomía y temporalidad como para poder abrazar ese diálogo, con las comunidades con las que teje relaciones y con la propia Fundación Entretantos. Una autonomía que busca cruces e interdependencias con la sociedad, pero a la vez tiene la capacidad de iniciar su propio camino.

RETOS AL QUE HACE FRENTE EL PROYECTO

El peak oil, la sexta extinción, la crisis climática alertan del peligro de la Era del Antropoceno en la que nos situamos. Ante esta situación ¿cómo podemos operar? ¿abre el arte espacios de posibilidad? La inmensidad de la problemática nos excede, nos sobrepasa, pero a la vez son cada vez mayores los procesos de contestación ante una realidad que tiene ya sus consecuencias, buena prueba ha sido el COVID y su capacidad de expansión globalizadora.

Frente a la excesiva dependencia fósil, la creciente fuerza de los populismos y los cierres fronterizos, existen esos otros procesos moleculares que contribuyen a ensanchar lo común, a la superación de visiones dicotómicas (naturaleza vs cultura, ciencia vs espiritualidad, …), que cuestionan la sacralidad del dinero, que repiensan la escala, la cercanía y que de algún modo ensayan esas otras formas de estar juntos recuperando saberes tradicionales o prototipando alternativas que transforman este presente. Debates como el rewilding, la apuesta por lo relacional, el cuestionamiento de la norma, la superación de la idea del dominio de la naturaleza por el ser humano o la propia conciencia social y ambiental de los más jóvenes son respuestas que plantean alternativas, ahí hay deseos.  

Además de un activismo consciente también se dan esas otras formas de estar y habitar el mundo en las que subyace un pensamiento ecológico, hay un hacer desde la interdependencia, desde ese saberse vulnerables y frágiles y que en muchas ocasiones no ondea una bandera del activismo, sino un compromiso en un hacer que cuida desde la corresponsabilidad. En ese compromiso desde el hacer, desde la práctica, que no deseche la teoría, pero que busque tierra, raíz es de donde debe comenzar a operar ‘la Agencia del Deseo’, como una apuesta por acompañar estos procesos,  por traer nuevos modos de hacer a través de ese ensamblaje de deseos de transformación social o de esas utopías situadas. Y entonces, ¿qué podemos hacer desde los marcos de la creación contemporánea? Esta es la pregunta desde la que abordamos este proyecto de largo aliento, con el que se busca incidir en la experimentación como espacio de posibilidad. No es tanto una investigación abstracta o teórica alrededor de la transición eocosocial sino el compromiso de servir de palanca para accionar un conjunto de investigaciones experimentales que faciliten procesos de emancipación en las comunidades o que impulsen espacios de enunciación donde estas puedan leer sus propias realidades, sin la necesidad de la arrogancia de la portavocía, del dar voz.

DESARROLLO  DEL PROYECTO

Se concibe el arte como interdependiente con un tiempo y una apertura constante al diálogo y al hacer juntos. Con la Agencia del Deseo se trabajarán esas subjetividades que trae el arte, pero también la materialidad y las desigualdades, no se puede caer en una abstracción distante de una realidad que condiciona el pensar y el habitar este presente. Las investigaciones experimentales de la Agencia del Deseo han de estar aterrizadas, pisar tierra, pero también dialogar con los códigos del arte actuales y sus genealogías, del pensarse a sí mismo como un laboratorio experimental de pensamiento y creación.

A través de esta propuesta se aspira a pensar en esas utopías de lo menor, que ayuden a enfrentarse a diferentes problemáticas ecosociales y no desde una concepción de arte útil, sino como potencia que desvela preguntas, que cuestiona certezas y que ayuda a caminar  incertidumbres. Se trata de impulsar una investigación compartida que no se distancia de la vida, en el hacer compartido hay transformación.  En un contexto (post)pandémico va a tener una mayor relevancia la contribución de todas a tejer lazos comunitarios, de redes de cuidados y de la importancia del desorden, de la entropía frente a la “eficiencia” de la pulcritud.

La Agencia del Deseo actúa desde esa ignorancia compartida del no saber el resultado final, pero con la aspiración de tejer una metodología que nos sirva de especie de refugio que escape de lo cotidiano y que atienda a la urgencia de presente-futuro, que traspasa la temporalidad, como un salto sensitivo, y que a la vez que se expanda hacia lo menor, lo situado, frente a lo épico o monumental.

Se articula a través de una comunidad epistémica formada por un colectivo de personas de amplios campos de trabajo, procedencia o interés, pero cuya práctica o experiencia se sitúe dentro de los marcos de la transición ecosocial. Esta comunidad por venir definirá sus propios modos de hacer a través de sesiones de trabajo internas y encuentros públicos, con vocación de intervención, es decir, de producción de artefactos (fanzines, intervenciones artísticas, podcasts, performances, dispositivos audiovisuales,…). A la vez y como modo de hacer permanente lo ritual, lo simbólico y lo espiritual irá ensamblando la comunidad y la relación con aquellas personas con las que la comunidad irá desentrañando esos deseos y saberes que nos ayuden a caminar hacia una transición ecosocial.

 

Imagen de Javier García