Como empezamos

Desde hace ya varios meses las videollamadas ocupan el espacio común para encontrarnos. La tarde del viernes 14 de noviembre del 2020 nos reunimos siete personas con la intención de pensar en colectivo el proyecto que entonces, provisional y tentativamente, denominábamos ‘Saberes Ecosociales’. La propuesta viene de la mano de la Fundación Entretantos quienes, junto a Fran Quiroga, trazaron el marco previo en el que encaja este proyecto: una investigación que se articula desde la experimentación y lo común centrada en la transición ecosocial.

El reto estaba en dar la oportunidad a un grupo a problematizar una propuesta. Abrirla para compartir dudas y alcances y sobre todo pensarla de manera colectiva, darnos la posibilidad de que, en una etapa tan inicial de un proyecto, se pudieran tramar unas bases sólidas y a la vez porosas por un proyecto por venir.

Todo comienza con la presentación de cada una de las personas que forman parte de esta reunión. Fran Quiroga (investigador transdisciplinar y director artístico del proyecto), Nuria Alonso y Javier García (Fundación Entretantos), María Montesinos (Ortiga Colectiva), Belén Sola (LAAV), Alba Cid (filóloga y poeta) y Laura Tobío (gestora cultural y colaboradora en la gestión de proyectos de la Asoc. Gabinete de Imaxinación). Fran resume el esbozo enviado previamente de la propuesta. Javier y Nuria hacen un breve recorrido sobre la historia de la fundación, su vinculación con lo colaborativo y el interés de acercarse a lo simbólico, a los sentires y saberes de las personas a través de este proyecto en el que entretejer arte, cultura, territorio y ecología.

Y así empezamos a entrar en materia, Fran sitúa la pregunta ¿Cómo pensamos el territorio? Cómo la cultura abre otras miradas que superan visiones tecnócratas, en la que sin entrar en el perverso debate del utilitarismo, se debe reconocer su valor. Al igual que la necesidad de abordar la dicotomía entre lo productivo y lo no productivo y los relatos que sólo sitúan lo ecológico como ambientalista. Se habla también de los tiempos del proceso.

Coge María la palabra y sitúa la diana en el habitar las cosas y en la potencia de la ruptura de las etiquetas de quien es un artista, un técnico, una ganadera; del cuestionamiento de la de eficacia, de la materialidad, y las tensiones que esto pueda suponer y la capacidad del arte contemporáneo para habitar estos conflictos.

Una de las preguntas que sobrevuela la reunión es ¿cómo hacer para que este proyecto no atienda a nuestras comunidades recursivas? Y Belén abre aquí el debate en torno a qué es la comunidad, así como el cuestionamiento del típico modelo de convocatoria y la necesidad de ir más allá, del pararse a pensar. El hecho de juntarse para pensar desde el nosotros hace que generemos nuevos modos de relacionarnos y de estar, ¿hay ya una comunidad por venir?

Alba, desde su experiencia en las convocatorias dirigidas a escritores, cuestiona la exigencia del resultado y los riesgos de la figura del artista en una muestra de una concomitancia agotadora o del alien que se introduce a modo de experiencia pasajera. El intento de no enfocar Saberes Ecosociales desde una perspectiva puramente resultadista choca con las condiciones económicas sobre las que se sustenta el proyecto. La voluntad del grupo y de la propia Fundación Entretantos es que el factor tiempo no sea un limitante del proceso, hay espacio para explorar posibilidades, entre ellas la búsqueda de financiación mixta para conseguir una mayor sostenibilidad económica del proyecto. Destacar el proceso y dejar de obsesionarse con los ritmos, ayuda a abrazar lo espontáneo. De nuevo el equilibrio emerge y Belén señala aquí la potencia de la generación de tentativas de productos intermedios, lo cual ayuda a la comunidad a sentir que hay avances, ritmo.

En este estado de punto 0, el proyecto está abierto a reinventarse, o cuanto menos tener ese espacio para pensar alternativas a los modos de producción de arte contemporáneo que pasan por convocatorias abiertas. ¿Puede la creación emerger de forma orgánica como si fuera una investigación que va abriendo capítulos de un libro, a medida que la comunidad se crea y se expande hacia el devenir del propio hacer?.

¿La primera comunidad de este proyecto somos las personas que estamos en esta reunión? Este es el comienzo, el capítulo 0, la introducción. Una comunidad que se entreteje entre todas las personas que atraviesen el proyecto ya sea de forma puntual o prolongada en el tiempo. Se señala la alerta contra los procesos de patrimonialización que puedan venir, de la necesidad de apertura.

María señala otra de las tensiones, el lenguaje; de cómo contamos las cosas, tratar de tener un lenguaje no tan rígido, más maleable que nos permita llegar allí donde queremos llegar; la densidad no es opulencia y en la simpleza también hay belleza.

Cerramos la jornada del viernes con dos puntos fundamentales para la Fundación Entretantos, en primer lugar que este proceso atraviese a la Fundación y en segundo lugar la visión y misión del proyecto, que ha de ser aportar a lo común, y así se lanzan las preguntas para la jornada del sábado ¿qué es lo que queremos indagar? ¿qué es lo que nos mueve?

Después del encuentro del día anterior, en la mañana del sábado 15 nos volvemos a juntar para pensar entre todas los cimientos sobre los que se sostendrá el proyecto. Recapitula Fran sobre lo ya hablado, destacando entre los avances la apuesta común por concebirse como una comunidad de investigación experimental. Ser semillas y garantizar unas condiciones materiales a lo largo del proceso para permitir rebrotes. Ese avance nos lleva a la pregunta ¿cuál va a ser el objeto de estudio? Fran aporta la posibilidad de abordar la idea de producción en un sentido amplio, desde la cultura y el arte, a la alimentación.

Alba destaca, tras la escucha de la sesión de ayer, la importancia del proceso, del aprovechar el balbuceo, de esas conversaciones quizá inconexas y de la potencia de samplear, esa forma de mezclar esas voces del territorio que van apareciendo. Recoge también la importancia de abordar el conflicto y de cómo el objeto en sí, y no solo como materialidad, encierra historias contradictorias.

Para María, el concepto de producción va más allá del alimentario, es también producir cultura y pone sobre la mesa preguntas para abrir el debate, ¿Qué queremos producir? ¿En qué estamos pensando cuando hablamos de producir? ¿Cuáles son los objetivos que nos guían para avanzar? En un proceso hay muchos procesos ensamblados, hablar de vacas es también política, lo común, los ecofeminismos están ahí. Pero también es clave pensar qué es aquello que nos mueve, que nos une, qué hilo invisible actúa para continuar haciendo; hay un deseo de transformación, pero qué más. 

El equilibrio entre lo teórico y lo práctico nos lleva de nuevo al concepto de producción, y no solo como la creación de objetos sino también en la producción de modos de hacer. Este diálogo en sí es producción. Con un afán de ir recogiendo avances se apunta la posibilidad de que el hilo conductor sean esos ritos que ligan a las partes en la producción. ¿Cuáles son los modos de hacer que entretejen el deseo y la producción? Pensar estas realidades desde un paradigma ecosocial requiere tiempo, abrir un proceso de reflexión lenta que combine pensamiento y acción y que sobre todo dé espacio para que emerjan esas inteligencias colectivas que, con un engranaje sólido, facilitan la eclosión de unos resultados inesperados, pero para eso es necesario tiempo y recursos materiales.

Saberes Ecosociales explosionó, mutó hacia otro devenir, el proyecto no es el mismo que en su inicio. Aspirábamos a eso. El marco inicial se ha ido completando, cuestionando, definiendo y reformulando. Cerramos así la jornada de trabajo con el convite a contribuir a reflejar estas ideas en el documento colaborativo del proyecto Saberes Ecosociales, invitando a continuar ampliando las reflexiones de esos dos días intensos de trabajo. Este momento es una semilla que marca un inicio, un punto de partida. Entre todas las personas participantes hay entusiasmo, curiosidad y ganas de seguir alimentando el compromiso colectivo por este proyecto.

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